Fernando Jáuregui (Santander, 1950) ha vivido como periodista el proceso de elaboración y aprobación de la Constitución, y desde entonces ha sido testigo de los momentos políticos más relevantes de estos últimos cuarenta años. Cuenta con una dilatada experiencia dentro del Periodismo, en medios tan destacados como Diario 16, donde trabajó desde su fundación, los diarios El País, y El Mundo, Diario Crítico, Radio Nacional, la COPE, Onda Cero, Televisión Española, Telecinco… una vida en los medios, participando siempre activamente en el debate político.
Nadie como él para coordinar la obra que presenta en el Congreso de los Diputados con motivo del 40 aniversario de la Constitución. “Los periodistas estábamos allí para contarlo” nos trae una excelente crónica social y política de la mano de grandes periodistas y fotógrafos. Hemos charlado con el propio Fernando Jáuregui para que nos cuente cómo surgió la idea de este libro y qué vamos a encontrar en sus páginas.
C40: ¿Cómo surge esta obra creativa?
Jáuregui: Un día, hablando con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, le dije: “Presidenta, esto de los 40 años y de los fastos por el aniversario de la Constitución a mí me parece que está muy bien y creo que merece la pena. Pero lo que no podemos hacer es olvidar a los que durante todo este tiempo hemos estado contando lo que pasaba en España, en el extranjero, en deportes o aquí en los pasillos del Congreso… por ello, creo que merece la pena recordar esto”. Entonces, Ana Pastor se entusiasmó con la idea y me dijo: “¡Estupendo! ¿Tú coordinarías un libro?”. Y yo insensatamente le dije que sí y me puse manos a la obra.
Al principio se trataba de hacer un libro en el que escribiesen 40 periodistas de la época, nacidos entre 1938 y 1958, y que tuviese algunas fotografías de la época, imágenes de lo más significativas. Pero luego se fue haciendo cada vez más grande y ahora en el libro escriben 105 periodistas literarios e insertamos las fotos de los 50 grandes fotógrafos de la época. Yo creo que es un libro altamente interesante y algunas de las cosas que cuentan mis compañeros son verdaderamente bonitas. Es una obra irrepetible, mucha de la gente que está colaborando en él seguramente no se va a volver a juntar nunca jamás para hacer otro volumen.
Hay que agradecerle a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que verdaderamente haya entendido desde el primer momento este proyecto.
¿Qué acogida tuvo la idea entre los participantes?
Tuvimos muy pocas negativas a colaborar, prácticamente todos los periodistas se animaron. Sobre todo, los periodistas literarios, quienes inmediatamente se unieron. Por supuesto, aquí no cobramos ninguno y evidentemente los beneficios obtenidos van a Médicos sin Fronteras.
Los fotoperiodistas que han dejado constancia de momentos inolvidables en este país, aunque en realidad nosotros huimos de las fotografías oficiales y lo que queríamos era contar la historia del país que cambió
Los periodistas que colaboran son profesionales importantes que han trabajado mucho por este país, por la información y por la libertad de expresión. En este libro destacan desde los grandes directores y creadores de periódicos, hasta gente como yo que se ha dedicado toda la vida a recorrer los pasillos del Congreso y a estar en las covachuelas en las que había que jugar. Porque claro, a cada cual le toca donde le toca. Y los fotoperiodistas que han dejado constancia de momentos inolvidables en este país, aunque en realidad nosotros huimos de las fotografías oficiales y lo que queríamos era contar la historia del país que cambió.
Así que ahí tenemos a personas que no son periodistas, como Cristina García Rodero o como Ouka Leele y que son grandes fotógrafos, que han recogido lo que es la esencia del país.
¿Qué imágenes destacarías como representativas de los cambios?
En el libro insertamos un cuadernillo central con 40 imágenes y también hemos pedido a los colaboradores literarios que nos mandasen una fotografía histórica que recogiese algún momento que ellos hayan vivido con especial interés, en el que estén con alguien o en el que estén trabajando de alguna manera… Hay una fotografía muy graciosa que nos pasó un colaborador, Rodrigo Vázquez Prada, en la que está en una especie de manifestación y hay un policía, de los llamados grises de entonces, que está con una porra a punto de darle en la cabeza.
La colección, en general, es verdaderamente acongojante porque estamos hablando de cómo era un país que ha cambiado. De esta forma, nos encontramos con fotos como la del Rey cuando era Príncipe, un chico de 15 o 16 años con militares en ese momento, mucho más alto ya que ellos; o con fotos como la de Jordi Pujol a punto de empezar un discurso donde están tomando la luz, la cual titulamos ‘Tranquilo Jordi’; además de otras fotos quizás más conocidas. Abrimos con una foto de Marisa Flórez, donde estamos unos cuantos periodistas escuchando detrás de una pared (1977) el desarrollo de una reunión de la Platajunta. Y, como no nos dejaban entrar, estamos algunos con un vaso incluso escuchando detrás de una pared, para ver qué transcendía. Y así hemos seguido algunos, 40 años después, escuchando detrás de las paredes o donde hemos podido.
¿A quién se dirige especialmente este libro?
Yo creo que este libro va a interesar mucho a la gente de mi edad, porque de alguna manera vamos a rememorar muchas cosas. Algunas de las historias que han escrito mis compañeros no las conocía yo y son anécdotas bien bonitas. Pero yo creo que, sobre todo, va a interesar a los jóvenes, porque son cosas que desconocen. E incluso a algunos diputados que han minimizado la importancia del 78 yo creo que les va a interesar mucho, para ver un poco qué hemos hecho los periodistas. Los periodistas hemos trabajado en muchas cosas e incluso, muchas veces nos la hemos jugado por contar cosas que no eran tan fáciles de decir en algunos momentos. Y también, el valor que hubo que derrochar muchas veces para cambiar las cosas que parecía que estaban así ya para no ser cambiadas nunca.
Los periodistas hemos trabajado en muchas cosas e incluso, muchas veces nos la hemos jugado por contar cosas que no eran tan fáciles de decir en algunos momentos.
Estoy hablando de la Transición y de la post-Transición también. Y si no hubiésemos estado ahí para contarlo, a lo mejor es como si no hubieran existido las cosas. No quiero sobrevalorar nuestro trabajo, pero las cosas son así.
¿Qué aprendizaje se puede obtener de su lectura?
No estamos para inventarnos la realidad, estamos para contarla o para analizarla. Lo que se hace en este libro es contar historias de cosas que te han pasado, porque no se trata de dar lecciones a nadie, sino simplemente de demostrar qué se hacía.
Era un trabajo que se realizaba y a veces en condiciones complicadas, o incluso con condiciones más fáciles que ahora, según la época, porque tampoco es que sea ahora todo transparencia y facilidades a la libertad de expresión.
Todos los jóvenes tienen que averiguar lo que fue esa Transición, que no fue una cosa ni fácil ni desdeñable. Y si estamos ahora aquí, que yo creo que este país es muy perfeccionable, y eso es muy perceptible también la Constitución, dicho sea de paso, es a lo mejor por el esfuerzo que ha hecho mucha gente. No hablo de los periodistas, sino de la sociedad, de la ciudadanía o de los españoles para que estemos aquí y que en el momento en el que peor nos encontremos estemos como ahora.
¿Cómo se puede describir el periodismo político actual?
Yo no diría que todo tiempo pasado fue mejor, hay cosas mejores y cosas peores. Desde que yo empecé a hacer periodismo, hace más de 40 años, a lo que está ocurriendo ahora ha habido una transformación incluso tecnológica, económica y social que se ha reflejado en las comunicaciones más que en ningún otro campo.
Yo sí creo en el periodismo ciudadano, yo sí creo que en las redes sociales se pueda hacer periodismo, pero también creo que muchas otras veces no se hace periodismo, sino otras muchas cosas peores porque hay mucha falta noticia, mucha fake news y por este motivo creo que de alguna manera tenemos que cortar la guerra de hackers que están ahí, pululando por nuestras cabezas y que prácticamente van a llevar a la desgracia a este país. En realidad, lo que tenemos son unas autopistas de comunicación tan buenas que realmente deberíamos aprovecharlas mucho mejor.
Ahora el periodista tiene que ser más técnico, tiene que ser más convertible, más “multiuso” y tiene que saber idiomas. Creo que debemos luchar contra los periodistas Google, esto quiere decir que hay muchos compañeros míos jóvenes que no se levantan de la mesa, no hacen periodismo presencial y lo único que hacen es abrir la página Google para ver que se está contando sobre determinadas cosas y terminan contando lo mismo.
Yo recomendaría que se vuelva a los viejos tiempos del periodismo presencial, donde mirabas lo que ocurría para diferenciarte y contar los detalles que no contaban los demás. Creo que es la gran diferencia moral de aquellos tiempos a estos.
¿Qué se ha quedado fuera del libro y qué le gustaría incluir?
A mí me hubiera gustado, sobre todo, meter algunos artículos de algunos compañeros que ya no están. Otros no aparecen y también merecerían figurar, pero por olvido de los coordinadores o por dificultades de localización o incluso, por dificultades algunas veces de salud en caso de algún compañero, pues no están.
Hemos evitado hacer un libro político, no queríamos entrar en disquisiciones políticas, aunque las hay porque cada cual ha escrito lo que le ha parecido.
Sin embargo, nosotros en el libro básicamente queremos fijar lo que representaban los personajes, ya que no es lo que representan ahora porque ha habido indudablemente cambios. Esto ha sido básicamente el propósito de este libro y no meternos en temas políticos. Va siendo hora de hablar de lo que ha sido la deriva de algunos personajes posteriores, o de si hay que reformar la Constitución o no y en qué hay que reformarla, pero eso no era probablemente el propósito de esta obra.